Yndicio 8

46 Popoola, Adaremi, Theresa, Benson, y Olusegun (2017), Mahmood, Muna y Abbas (2015), Bauman (2016), Ospino, Maza y Orozco (2017), Marina (2004), Menéndez (2012), Castillo (2012), Herrera y Rodríguez (2013), Serpa (2014), Delgado, Sancho y Arias (2014), entre otros teóricos, así como los anteriormente citados, para revisar diferentes pers- pectivas, teorías y enfoques de los pros y contras de las universidades inteligentes o Smart Campus . Las universidades inteligentes o Smart Campus En el ámbito empresarial, Marina (2004) afir- ma que la tendencia son los conceptos “las ‘orga- nizaciones inteligentes’, ‘empresas que aprenden’ y ‘gestión del conocimiento’ deberían haber sur- gido en el mundo de la educación, pero no se nos ocurrieron ni a los educadores, ni a los pedagogos ni a los psicólogos académicos.” En ese sentido, este autor llama “organiza- ción inteligente la que crea un entorno inteligente, en el que las inteligencias particulares se desa- rrollen con eficacia y brillantez” (Marina, 2004), y critica al mismo tiempo las organizaciones o uni- versidades tontas, citando a Forner que en el siglo XVIII expresó que era hora que el país o la patria debía recuperar la inversión social realizada en las universidades públicas. Por otra parte, Modrego (2016) expresa que la universidad pública es una institución al servicio de la sociedad e inevitablemente ligada a un pro- ceso de reforma producto de que la sociedad cam- bia, lo que se refleja en la paradoja implícita de que son esenciales para la sociedad, pero no aprenden inteligentemente para desarrollar su entorno y el de la comunidad. Sutz (2005) presenta en su artículo datos provenientes de encuestas de innovación en la Unión Europea y en América Latina, muestran que, en las dos zonas, las universidades representan las fuentes menos importantes de innovación para el sector privado. Otra realidad es que las universida- des tampoco son los agentes con el que el sector privado realiza el mayor número de acuerdos de innovación (UE, 2004; Sutz, 2004). Por tanto, tal como menciona Sutz: “Las agendas de investi- gación académicas constituyen un eslabón clave en las relaciones entre investigación y sociedad y también, por tanto, entre tecnología y sociedad.” Martínez (2017) menciona varias iniciativas para convertirse en Smart Campus , por ejemplo, la Universidad de Zaragoza, cuenta con un sistema de información geográfica y espacial del campus , la Universidad de Málaga trata de mantener un perfecto equilibrio de las variables de la tempera- tura, el grado de humedad, la presencia de alér- genos para incrementar el desempeño académico con la participación de los alumnos, la Universidad de Alicante, cuenta con una gestión que monitorea los espacios de parqueo y puede indicar cuá- les espacios están disponibles al igual que otros espacios de la universidad, como las cafeterías. También resalta que la movilidad o Smart Mobility es uno de los factores críticos para que las univer- sidades puedan convertirse en Smart Campus y uno de los campus de referencias es la Universi- dad Autónoma de Barcelona (UAB). Parra-Valencia, Guerrero y Rico (2017) mencionan indistintamente que el Smart Campus o Smart University “se trata de un entorno con- trolado, en el cual las políticas económicas, de sostenibilidad, construcción o desarrollo deci- den de forma local y no dependen de factores externos, aunque siguen criterios similares a las políticas y estrategias nacionales o internaciona- les”. Mientras que Sánchez-Torres (2017) citan a Rico-Bautista, Parra Valencia y Guerrero (2017) que “el concepto de Smart University deriva o se origina del concepto de Smart Campus refirién- dose la integración de la computación en la nube y del IoT, proveyendo Smart Campus que contri- buyen a administrar, enseñar e investigar en las universidades”. Parra-Valencia (2017) afirman que el con- cepto de Smart University está relacionado al IoT ( Internet of Things ) y que se subdivide a través de sus límites, funciones, comunicación y estructura (tecnológicos, humanos e institucionales). Y que desde el enfoque sistémico se puede visualizar y comprender las relaciones de los elementos y su contexto, donde primero se puede identificar cualitativamente, las influencias de cada elemen- to y luego cuantificar el peso de cada uno. Para Sánchez -Torres, Rodríguez-Rodríguez y Guerrero (2017) citan a Medina-Cárdenas y Rico Bautista (2008), que el IoT “es una red compleja que co- necta millones de dispositivos y personas con múltiples servicios y objetivos por medio de mul- titecnología, multiprotocolos y multiplataformas”. También, Widya (2017) dicen que el Smart Cam- pus adopta TIC’s avanzadas que monitorean y controlan cada área del campus. Análisis de las Instituciones de Educación Superior en Honduras ndicio Y

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