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5-¿Dialogar con quién? Si profundizamos un poco, enseguida nos halla- remos en la necesidad de desentrañar quién está frente a nosotros con el cual, a través del diálogo, construyamos un conocimiento compartido. Enton- ces, lo primero es ya no ver al otro como un conjun- to vacío a llenar de verdades propias, como un niño debe ser domesticado y disciplinado –educado-, no asociar a él todos nuestros prejuicios intelectuales, morales y de clase social. El desafío epistémico consiste entonces en cono- cer y humanizar al sujeto con quien se va a dialo- gar, y para ello como punto de partida mínimo es necesario comenzar por plantearse el desglosar y conocer su identidad en diferentes campos, al menos el de su identidad social, moral, epistémi- ca, intelectual y corporal. No se puede trabajar igual y al mismo tiempo con esas identidades, tampoco acertado ignorar alguna pues simplificar el diálogo real, por lo que hay que tomar conciencia de la complejidad que es una identidad humana, y los procesos que han constituido; cada uno tenemos muchos, otro que hay que conocer pues somos el conjunto de la rela- ciones que tenemos (históricas y presente). Descu- briremos que estamos atravesados por múltiples procesos históricos y sociales que no conocemos y determina mucho más de lo que nos gustaría admi- tir –lo que somos y pensamos; o sea somos menos libres y originales de lo que creemos, como afirma Fromm . Además, no todas las identidades están en un nivel similar en cada sujeto, puedo por ejemplo, tener bastante la parte intelectual y muy poco la del conocimiento. Lo que sí es central, y la base de cualquier proceso cognitivo, es la hipótesis de Piaget acerca de que “la moral es la lógica de la acción”, y que ella depende del grado de conocimientos. Ahí está el fin último a trabajar en la formación integral humanista o cristiana. Por eso afirmamos que el tema es construir conocimientos y no distribuir información, para así conocer y desprocesar lo de inhumano que tiene cada identidad. De esta manera, ambas partes (maestro y alumnos) a través de la construcción de un diálogo nos iremos ayudando mutuamente a conocernos mejor a noso- tros mismos, sabiendo qué procesos constituyentes nos llevaron a ser así y en que pueden cambiarse. El carácter individual y colectivo de la toma de con- ciencia, lo apunta bien Piaget al final de su capítulo sobre el “realismo nominal”: “…esta adquisición de conciencia está bajo la dependencia de factores so- ciales, como hemos intentado demostrar: el contacto con otro y la práctica de la discusión, fuerza al espíritu a adquirir conciencia de su subjetividad y anotar de este modo los procesos del pensamiento propio”.

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